lunes, 13 de julio de 2009
DE MATERIAL A VIRTUAL…
La historia del origen de Inter-net como una red-entre ordenadores de bases militares de Silicon Valley en Estados Unidos, con el objetivo de almacenar datos del Servicio Secreto y controlar desde allí operaciones de Inteligencia; nos refiere inmediatamente a una realidad no solo lejana sino, y sobre todo, imposible de acceder.
Nada más elitista que aquello que solo es accesible por unos pocos, muy pocos, y que además guardaba secretos de Estado.
Visto de esta manera, desde su origen, Internet, ó la primera intranet, fue generadora de desigualdad.
La otra historia, la que nos cuenta Castells, (Castells, 2009) es un tanto diferente: si bien el objetivo era desarrollar un programa militar, con financiamiento militar, el mismo fue llevado a cabo por intelectuales, técnicos y científicos de procedencia muy diversa: investigadores universitarios junto a un programa de investigación militar y la contracultura radical libertaria. Y esto ya permite pensar en la red de redes como algo diferente desde su nacimiento.
La ciencia, los acontecimientos históricos, y un movimiento cultural nuevo, generaban sin saberlo, un nuevo paradigma, y con él una nueva Revolución.
Los empresarios, escépticos ante un “producto” de tan escaso valor comercial, no dieron crédito ni económico ni social a lo que sería el ícono de una nueva era: la era digital, fueron unos cuantos individuos que pretendían liberarse del control del estado y del mundo empresarial para poder crear sin límites, y comunicarlo a la sociedad los que impulsaron el desarrollo de lo que hoy conocemos como red de redes. Estudiantes, científicos y personas sin formación académica con ideales libertarios.
Desde su concepción tecnológica y filosófica, Internet es una herramienta pensada para su libre acceso y modificación permanente. Desde el pentágono en los ´70 hasta el arribo a nuestro hogar, nuestra oficina, nuestra escuela, a partir de 1994 con el desarrollo del primer browser; la red de redes ha ido modificándose en contenido y en tecnología. Y no han sido sino los mismos usuarios del mundo entero, quienes produjeron los cambios y adaptaciones conforme desarrollaban nuevas aplicaciones, protocolos, sistemas operativos.
Fue a partir del descubrimiento por azar del correo electrónico, que los ordenadores dejaron de ser “cajas” de almacenamiento de información compartida, con acceso limitado a quienes pertenecían a la red, para transformarse a partir de entonces, en un medio de comunicación ilimitado.
El correo electrónico, transformó lo material, en algo inmaterial: el texto codificado en combinaciones de dos dígitos: los bits; el papel reemplazado por un soporte de almacenamiento cuya “memoria”, que no vemos, rescata y guarda todos los datos que introducimos en ella, y “Las autopistas de información se ocupan del traslado, a la velocidad de la luz, de bits carentes de peso” (Negroponte, 1998) .
Este gran cambio fue un tanto difícil de asimilar por el común de las personas que nos convertimos de consumidores de libros, revistas, y productores de escritos en soporte papel, en nuevos “usuarios” de Internet, Internautas de la Web. Nos acostumbramos a tener un “usuario” y un “password” para cada cosa a la que deseemos acceder o compartir en la red: textos, música, fotografías, videos, charlas, conferencias.
“…Internet es el tejido de nuestras vidas en este momento...” (Castells, 2009) .
La Red no solo integra los núcleos consolidados de producción y gestión de información, empresariales, políticos y gubernamentales de todo el planeta, modificando de manera radical la producción, circulación y consumo de la información, sino que también integra los núcleos educativos, familiares, y todo y cada uno de los núcleos sociales, modificando la cultura individual, familiar y social. Con ello aparece la imprescindible modificación de la concepción de lo que hasta hace un tiempo se suponía eran los únicos medios para generar la cultura escolar o escolarizada.
Si la función que da sentido a la Escuela es la transmisión de la cultura. ¿Qué cultura transmite una Escuela no adaptada a la cultura en la que está inmersa?
Internet ha cambiado nuestro lenguaje, nuestra lógica de pensamiento y nuestra forma de relacionarnos.
Ya no hablamos de lo que es “tangible” o “intangible”, los conceptos de “digitalización” y “virtualidad” se han incorporado a nuestros esquemas mentales y los hemos puesto en nuestro lenguaje cotidiano, aún sin ser “nativo digital”.
A diario, damos cuenta del cambio profundo de nuestro lenguaje: toda vez que “nos conectamos”, “revisamos los mails”, (pocos hablan de mensajes), “configuramos el escritorio”, “bajamos un documento”, “navegamos la página”, “escribimos en el muro”, “chateamos”, “colgamos archivos” en my space, “incrustamos” un código, etc.
Así, aún sin haber nacido en esta nueva Sociedad Red, todos…o casi todos, estamos social, histórica y culturalmente atravesados por las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
La lógica de pensamiento tampoco es la misma frente al ordenador que frente al lápiz y papel, la lógica del pensamiento digital es mas sencilla y acotada: le damos órdenes a un sistema que opera según dos dígitos; y según la tecla, el sistema decodificará si optamos por “sí” o “no”; “acepto” o “no acepto”, “continúo” o “cancelo”….simple, verdad? Aunque solo lo sea en apariencia.
La misma lógica que emplean la mayoría de nuestros adolescentes, para justificar, explicar o responder a un cuestionamiento.
Lo que todavía continúa en estudio es cuántas” ventanas” mentales pueden estos jóvenes digitales mantener abiertas y cuánto pueden profundizar en cada una. Es lo que algunos sociólogos han llamado Chicos Chat: se aburren si se detienen en una sola cuestión a la vez. Escuchan música, envían mensajes, y navegan mientras chatean en varias ventanas, con su larga lista de amigos virtuales, que por otro lado pueden ser “cancelados”, “ausentados” o “eliminados” según la ocasión lo requiera.
Y aunque parezca duro dicho de este modo, nuestros alumnos son digitales, interactúan de este modo con sus pares y en sus ámbitos sociales naturales. ¿Cómo pueden estos adolescentes estar 80 minutos sentados trabajando sobre una misma temática y con una misma persona hablando sobre ella?
Tal y como opina Castells, nuestras Escuelas y Universidades, fuentes del conocimiento hasta hace unos años, deberán rápidamente aggionarse. Porque quienes requieren conocimiento y quienes lo imparten, se sienten cada vez mas frustrados ante un modelo paradigmático que ya es inexistente.
El profesor, los libros de texto, tienen la autoridad otorgada por la capacidad de administrar el conocimiento y gestionar la información de manera que sea accesible a todos y comprendida por la mayoría. Pero las fuentes han cambiado. Los mismos alumnos son fuente de información. El conocimiento está distribuido (Salomón, 1993) , se encuentra en la televisión, la publicidad, en las otras personas, pero sobre todo se encuentra en la Red. Esto genera una nueva forma de pensar el acceso y la gestión de la información y del conocimiento.
El advenimiento de la WEB 2.0 es la máxima expresión hasta hoy de la modificación y adaptación tecnológica como resultado de los avances sociales y culturales en continua retroalimentación unos con otros.
Como expresa Castells, contrariamente a toda creencia las tecnologías no generan los cambios paradigmáticos sociales; son los hombres en su desarrollo social, cultural y científico quienes producen el avance tecnológico.
Internet como espacio abierto de intercambio, aún cuando todavía no llegue a todos individual y geográficamente, constituye el mayor ámbito de libre expresión de toda idea, conocimiento e información. Todo ciudadano de este planeta con conexión puede opinar, generar una noticia, informar sobre un acontecimiento, desde un espacio propio y gratuito en la web, o desde el espacio brindado por los mismos medios periodísticos tradicionalmente materiales que obtienen de este modo la participación virtual de sus lectores.
Esta posibilidad infinita de interacción, fue comprendida como la culpable de gran cantidad de males sociales, sobre todo debido a que los gobiernos no pueden controlar lo que ocurre en la virtualidad; ni desde la tecnología, ni desde la legalidad, pero tampoco controlan lo que ocurre en la esquina de nuestro barrio, ni cruzando nuestras fronteras. La web 2.0 nos cambió del status de “usuario” que solo recibe, a un rol interactivo mas complejo otorgándonos mayor protagonismo y participación, pero exigiéndonos con ello una mayor capacidad de evaluar críticamente, no solo lo que nos informa, sino cuánto, cómo y sobre qué nosotros también incidimos y transformamos la información.
Es una nueva sociedad, es cierto, es la sociedad que usa a Internet, interacciona con la red y en la red, forma redes sociales de amigos, busca personas con quienes tener una charla o incluso con quién formar pareja, arma su propio espacio para publicar noticias, fotos, pinturas o sus obras literarias. Puede escribir una “enciclopedia” trabajando en una wiki, modificar software, o intervenir en el desarrollo del mismo.
La cultura de la exposición, también es una nueva forma de expresión, como la llama Paula Sibila( 2008) : Todo parece ser más “extimo” que íntimo en la Web, y aunque las personas tengan relaciones solo funcionales a través de la red, no es diferente a lo que ocurre en nuestra cotidianeidad, en la que los lazos ya no se tejen con la misma fuerza y resistencia de la sociedad moderna.
El Desastre Debian , nos demostró además, que los protocolos de seguridad son fácilmente violables, que la información, aunque sea nuestra no es de nuestra exclusiva pertenencia, que el hombre puede encriptar información, pero los programas la desencriptarán igual de rápido, como si solo fuera una especie de “falla” del Sistema, que el tener un “usuario” y “password”, no significa que no se pueda acceder a lo que no queremos exhibir, si usted usa la red, usted y su información están disponible. Si usted no usa la red… su información también está disponible…
Bienvenido a la Sociedad Red!
Bibliografía:
Castells, Manuel. “Internet y la sociedad red”. (2009) Lliçó inaugural del programa de doctorat sobre la societat de la informació i el coneixement. UOC, IN. Cosultado en: Bibliografía Módulo 2 de la Diplomatura en Educación y Nuevas Tecnologías.
Negroponte, n. (1998). “EL ADN DE LA INFORMACIÓN”. Bits y átomos. Revista Ser digital (9ª edición) Atlántida. Consultado en: : Bibliografía Módulo 2 de la Diplomatura en Educación y Nuevas Tecnologías.
Salomón, Gabriel.1993.“Cogniciones distribuidas”. Amorrortu editores s. A.. Colección Agenda educativa.
Sibila, Paula. “El espectáculo de la intimidad”. Fondo de cultura económica. 2008
Torres, Ariel. “el desastre Debian nos afectará por años”. La Nación.com. 2008. Consultado en: Bibliografía Módulo 2 de la Diplomatura en Educación y Nuevas Tecnologías.
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